Entendemos como personalidad resiliente aquella que puede hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado. El niño que posee autoestima positiva se siente querible, valioso, capaz y se acepta a sí mismo. Por otro lado esto le permitirá ir adquiriendo estrategias, habilidades para poder enfrentar situaciones difíciles. Esta capacidad se puede fomentar en los niños en distintas etapas del desarrollo por medio de la estimulación en las áreas: afectiva, cognitiva y conductual, atendiendo a la edad y nivel de comprensión de las situaciones. El momento más oportuno para activar este potencial es desde el nacimiento hasta la adolescencia, pero no depende sólo de las características personales sino también del medio en el que se encuentre, que lo apoye y contenga.
Micaela Pighin - Gabriela Castellano
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